De entre mi mini colección de discos de Vangelis, hay uno que siempre me ha intrigado por el perfecto sonido que contiene, su nombre: Antarctica. Este trabajo es para mí, uno de los puntos altos en la discografía del músico griego, básicamente por la limpieza de esa música generada por sintetizadores mezclada con algunos otros instrumentos electrónicos. Y es que además de la pulcritud en las mezclas, las notas contienen un sentimiento al que difícilmente uno puede abstraerse, convirtiéndose fácilmente en música evocadora de imágenes.
La música de Antarctica fue realizada posteriormente a la banda sonora más famosa que ha compuesto Vangelis para el cine: Blade Runner. Los sonidos de hecho son similares, pero cada soundtrack se ajusta al espacio y tiempo para el que fue creado, En Blade Runner por ejemplo, Vangelis contribuyó con sus composiciones a la atmósfera obscura y desesperanzadora de la megalópolis en que se convierte la ciudad de Los Ángeles; en cambio su colaboración musical para Antarctica con percusiones que sugieren ecos y sonidos distantes de teclados que dan la idea de grandes espacios deshabitados, producen el efecto contrario pues las situaciones límite que retrata el film son mágicamente contrastadas con una música que genera esperanza y ánimo de supervivencia en el agreste y gélido ambiente de la antártida.
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Pero la intención del comentario es profundizar un poco más en Antarctica, la película. Es muy difícil conseguirla, pero pudo más mi inquietud por oír la famosa música de Vangelis acompañando imágenes qué lo que los diálogos me pudiesen decir, por lo que al ver la cinta, la experiencia se convirtió en un extraño ejercicio, sin subtítulos y hablada en japonés -el idioma original en el que fue filmada- fue como asistir a un concierto exclusivamente para la vista y el oído. Para mi sorpresa, los diálogos son mínimos y las imágenes hablan por sí solas y queda de manifiesto desde el inicio, la genialidad de Vangelis como pieza fundamental para convertir la película en un impresionante paseo por este deshabitado e inhóspito lugar.
Antarctica está basada en un suceso real ocurrido a una expedición en el año de 1958, cuando en el mundo iba en aumento la fiebre por conquistar y explorar terrenos hasta entonces desconocidos. Filmada en un tono semidocumental, la cinta narra el abandono a su suerte de una manada de huskis (perros del polo utilizados principalmente para jalar trineos) por un grupo de científicos en una estación de investigación japonesa en la antártida.
Desde el principio del film, es evidente la gran ayuda que estos animales son capaces de proporcionar a los humanos. Los científicos Ushioda (Ken Takakura) y Ochi (Tsunehiko Watase), se adentran en la antártida en uno de los viajes de exploración dejando en la estación a sus compañeros.
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Pero el viaje de regreso se complica y es entonces cuando se aprecia la fidelidad de los perros, su fuerza y el impresionante instinto que poseen para encontrar el camino a la estación aún en condiciones en los que la nieve y el viento imposibilitan el avance. El clima no perdona y el frío cala a niveles tales que los exploradores deben cubrir ojos y rostro para evitar el congelamiento, mientras comienzan a ser visibles algunas quemaduras en la piel.
Las inclemencias del tiempo no cesan y durante una gran tormenta los científicos deben abandonar la estación en un gran barco rompehielos que los rescata. Sin oportunidad de reaccionar, Ushioda y Ochi (quienes mantenían un lazo afectivo con la manada de huskis) se enfrentan al problema de no encontrar cabida para los perros en el barco y se ven obligados a abandonarlos encadenados a la intemperie y sin alimento.
La odisea comienza aquí, pues el instinto de supervivencia de estos animales es muy fuerte y hacen hasta lo imposible por soltarse y escapar. Algunos lo logran en un doloroso y largo proceso, pero los que no corren con suerte, comienzan a morir congelados. La originalmente numerosa manada que logró zafarse de las cadenas, comienza la búsqueda de alimento en un infinito desierto blanco que provoca que esta tarea se vuelva por demás desesperanzadora y fatigante. Poco a poco el grupo empezará a disminuir en número de integrantes. El hambre los obligará a aprender a cazar, raspar la nieve en busca de peces atrapados en el hielo, enfrentarse en grupo a leones marinos ó incluso al ataque de orcas en algunas de las secuencias más espectaculares de la película, esto sin contar la gran cantidad de peligros a los que se exponen en una superficie terrestre siempre cambiante.
Es el realismo de las imágenes al que nos vemos enfrentados los espectadores que nos deja un sentimiento de angustia intensa. Vemos a estos animales que heridos o hambrientos, mueren ó desaparecen entre los cuarteados bloques de hielo en prolongadas secuencias sin cortes, duras y sin concesiones. Es clara la intención del realizador: nos va preparando el camino para un final tan entrañable como emotivo, ya que al tiempo que vemos estas imágenes desgarradoras, sigue al par de científicos y su vida en ciudad quienes con profunda nostalgia se muestran inquietos por no saber lo ocurrido a sus fieles animales, convirtiéndose este motivo en deseo permanente de regresar a la antártida. Lo logran 6 meses después, pero lo que encuentran es devastador.
Tsunehiko Watase
Antarctica tuvo gran resonancia en Japón y se convirtió en un impresionante éxito de taquilla; gran cantidad de artículos promocionales fueron puestos a la venta, largas filas en los lugares en los que se exhibió la cinta culminaron en la obtención de varios premios y nominaciones en prestigiados festivales de cine de la época.
Créanme que esa frase de “el perro es el mejor amigo del hombre”, fue llevada al cine decorosamente con Antarctica. Contrario a lo ocurrido en el remake que realizó Disney recientemente (Rescate en la Antártida - Eight Below, que carece del encanto y fuerza del original japonés que nos ocupa), el film de Kurohara está dirigido claramente al espectador adulto, por el realismo de las imágenes y la cruda violencia gráfica en pantalla.
4 comentarios:
Fijate que esta cinta nunca la vi, y se me hace que nunca la vere. Creo que comentaste que ni siquiera la venden ya no?.
La musica, pues solo tengo el tema que me supongo es el principal.
Saludos!.
De momento sólo se consigue en alguna tienda virtual de comercio japonesa.
Es una edición de colección. En amazon sólo se consigue con algunos coleccionistas (no nueva) y en VHS. Alguien me dijo alguna vez que TODAS saldrán en DVD tarde o temprano...y creo que sí, así que no hay que perder la esperanza.
La verdad es que no he visto si a raíz del lanzamiento del refrito de Disney, hayan reeditado la versión japonesa...lo cuál sería fregonsísimo...
Con esta película lloré a grados de sentirme un niño con sollozo incluído...tenía rato que no me pasaba algo así.
Saludos José.
Hola Nyman
eh estado viendo tu blog, desde hace casi un més, aunque realmente no me considero un fan, puesto que apenas me estoy adentrandote a tu mundo, siento que escribes con una humildad muy reconocible y grande de apreciar, con facilidad entiendo un concepto bien manejable que tu puedes crear. con respecto a tu post, pues que puedo decir, en cine apenas comienza esa odisea, tengo apenas 16 años, y vivo en un pueblo en donde los churros taquilleros nos inundan, y pues es dificil conseguir cine, ya había escuchado de esa película o cinta que puede llegarse a parecer a eso, y coincido contigo en tu conclusión. El cine con solo un buen sonido, y una imagen que te adentre, es lo suficiente para que te enamores totalmente de el, además de que con ello, pruebas ese polvo mágico de sustancias que te sirven en la vida.
un saludo compañero.
ya te eh agregado a mis links ;)
Hola Arkturo,
Me encantó tu franqueza y sinceridad (decirme que no te consideras fan me hizo sonreir) y te agradezco (en el alma) que desde hace un mes vengas a visitarme. No sé si lo que escribo pueda generar la mínima admiración o no, realmente no pretendo eso (y menos después de leer los blogs de Mario, Cane, Senses y demás favoritos que tengo en mi listado que ahí si MIS RESPETOS)...simplemente me gusta decir lo que siento y pienso y si a alguien le parece mínimamente interesante, con ello me doy por bien servido.
No soy escritor (ni mucho menos) y en ese sentido hago lo que puedo (le pongo mucho empeño, créeme), pero eso sí, siempre siendo fiel a mi sentir tratando (o intentando) transmitirles un poquito mi fascinación por el cine o por otros temas de mi interés.
De Antarctica pues mira, te puedes dar una idea del sentimiento de la pelicula viendo los clips de video que coloqué en el post... Confiemos en que un días de estos saldrá en DVD.
Y gracias de nuevo por lo que me dices.
Un abrazo.
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