28 agosto 2007

Si yo hubiese sido Director: Mi Top Ten

Me costó trabajo decidirme por estos 10 como los directores que más me agradan. Tarea difícil. No hay una sola mujer (totalmente circunstancial, believe me!), aunque me gusta en demasía el trabajo de Sofía Coppola, de Jane Campion ó el de Isabel Coixet.

Seguramente estoy olvidando a alguien importante, aunque por ese olvido no me importaría meterlo con calzador en la fila ocupando el número 11. No hay orden de preferencia pero el que Leconte haya sido el primero en mi memoria, es significativo. A unos los he seguido más que a otros; de algunos tengo todas sus películas, de otros unas cuantas, pero siempre encuentro satisfactorias y emocionantes sus realizaciones. Sea pues:


Patrice Leconte


Zhang Yimou



Wong Kar Wai


Peter Greenaway



Hayao Miyazaki



Michael Winterbottom



Peter Jackson



Francois Ozon



Ingmar Bergman



Woody Allen


Si yo hubiese sido director de cine, creo que hubiese tenido el estilo de Leconte en historias y desarrollos, el intimismo de Wong Kar Wai, el colorido y paisajes de Yimou, el sentido musical y coreografías de Greenaway, el sentido visual de los trabajos de Winterbottom, los silencios de Bergman, la espectacularidad de Peter Jackson, el humor de Allen, el dominio de actores de Ozon y el encanto y magia de los filmes de Miyazaki.

Si yo hubiese sido director me hubiese encantado ser una mezcla de todos ellos… ¿se imaginan?

Cuéntenme, ¿tienen un top ten?

21 agosto 2007

El precio de vivir en el paraíso



El título del post, es algo que se escucha con mayor frecuencia en Cancún, esta especie de peligro latente y psicosis controlada, me recuerda mucho la idea central de la película de M. Night Shyamalan: “La Aldea”, que supongo recuerdan muy bien, acerca de una pequeña comunidad cuya vida aparentemente felíz está delimitada por un bosque que la circunda y en donde habitan seres con los que se tiene una especie de pacto de no agresión que produce una cierta tranquilidad siempre que éste no se viole.

Bueno, pues en Cancún vivimos algo así. Los habitantes de este lugar ya estamos ‘caladitos’ con el asunto de los huracanes. El paso de los años y las experiencias previas han formado ya una cultura digna de presumirse. Los lugareños sabemos que hacer y con eso llevamos mucho de gane. Es evidente que la tecnología nos da ventaja sobre estos fenómenos naturales y no puedo imaginar lo que sucedería si no contáramos con el seguimiento satelital. Eso si, los daños materiales que sufrimos usualmente son al por mayor pero afortunadamente son nulas las pérdidas humanas.

Pero es curioso observar todos los fenómenos que pueden presentarse cuando se avecina un evento meteorológico de esta índole: compras de pánico, largas filas para comprar madera, gas y agua, alza de precios en artículos necesarios así como en comidas (la mayor parte enlatadas, por supuesto), todo mundo habla del evento y pareciera que toda la comunidad está informada a detalle de la ruta del huracán; observar ello es algo único.

Las noticias ‘amarillistas’ de los noticieros de la tele (esos de Televisa y Tv Azteca) contrastan tremendamente con lo que las televisoras locales transmiten y es verdaderamente de risa oír a López Dóriga decir que ‘Cancún fue evacuado’ cuando todo podría quedar más claro –para tranquilidad de muchos- si señalara que 'la zona hotelera de Cancún ha sido desalojada…'

Surgen los ‘Irachetas’ (compañeros de oficina que creen ser meteorólogos) que predicen hora y curso del huracán, que si el diámetro, que si el ojo, que si la manga del muerto. Todo contado con una convicción realmente contagiante que no hace más que ponernos a todos a tono con el asunto aunque la realidad no la tenga ni el mismo Gonzalez Canto (admirable su labor en este tipo de casos) y todo su equipo de trabajo.

Mientras me dispongo a pasar una larga noche (con los consabidos momentos de lucidez que surgen especialmente con estos eventos), espero el momento del corte de luz, suspensión del servicio de telefonía; momentos pues de quietud y silencio sepulcral aunque afuera pudieran surgir (como cuando Wilma) los ‘monstruosos gritos’ de una naturaleza que intenta entrar a mi casa. Me acomodo en mi cama pero la luz no se va, y la tele sigue transmitiendo su intermitente señal. Recuerdo que el auto hay que subirlo a una pequeña banqueta si no quiero que se inunde por las posibles lluvias torrenciales que se esperan y en un momento de total tranquilidad y nulo viento, me lanzo en boxers a la calle a moverlo para subir corriendo sin que algún vecino se de el consabido taco de ojo.

Pero no pasa nada y los pocos vientos que se sienten parecen juego de niños comparados con los de otras lluvias que han llegado días atrás a Cancún. Llamadas de familiares de otras ciudades que preguntan que ‘¿que tal?’ (ay Mecano!) se reciben a medianoche preocupados por las letanías Doriguescas que a veces en lugar de ayudar enturbian más el ambiente y provocan que Telmex se lleve más pesos a la bolsa.

Y amanece pero con un sol digno de provocar ganas de irse a dar un chapuzón a la playa. Una voz que esperaba su primer gran experiencia en esto de huracanes ‘categoría 5’ me dice con un dejo de decepción: ‘¿esto fue todo?’ respondo que sí aunque en el fondo no dejo de agradecer al todopoderoso que a pesar de haber permanecido 2 horas en las filas de una gasera, de haber gastado un poco más de lo normal en llenar mi despensa, de correr a buscar agua, de haber quitado cables y levantado mobiliario y equipo de cómputo en la oficina, de asegurar puertas y ventanas y haberme expuesto en el auto en las calles sin semáforos de Cancún; el ya mítico Dean no nos tocó ni con el pétalo de una rosa.
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…es pues 'el precio de vivir en el paraíso'

10 agosto 2007

Polvos de otros Blogs: La batalla de Kruger

Hoy apareció esta nota en el periódico y claro, como buen curioso no pude permanecer indiferente, el video es impresionante:


Tomado de BBCMundo.Com
Un video aficionado de una batalla espectacular entre leones y búfalos en la sabana sudafricana, es el nuevo éxito del portal de intercambio de videos YouTube.

El montaje muestra primero cómo varios leones atacan a un grupo de búfalos, y cazan a un pequeño ejemplar. Pero mientras los felinos se disputan la presa junto a un espejo de agua, un cocodrilo se suma a la lucha, y llega a darle un mordisco. Los leones ganan la partida, pero sólo por un rato: la manada de búfalos regresa en pleno para liberar a su joven miembro.

El video, que dura ocho minutos, fue filmado por un turista en el Parque Nacional de Kruger, en Sudáfrica. Uno de los momentos más sublimes de la batalla es cuando un osado búfalo cornea a un león y lo levanta por los aires.

Más de 9.5 millones de personas han visto el video del estadounidense Dave Budzinski en YouTube. Budzinski registró las imágenes durante un safari guiado por el parque, y se habrá convertido en el objeto de la envidia de decenas de documentalistas, que generalmente esperan meses para poder grabar episodios semejantes de la vida salvaje.

Según comentó a la prensa, Budzinski utiliza su cámara apenas "una vez al año" y no es "adepto a este tipo de cosas". "No soy un hombre de cámaras. ¡Sólo tengo suerte de poseer una!", afirmó.
Su guía de safari dijo: "Nunca había visto algo como eso en mi vida".
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P.D. Mientras ven el video, regreso a contestar mensajes.

08 agosto 2007

Mi Teoría de la Relatividad

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Destino: Fuerza o causa desconocida
y superior al género humano
que se supone controla
y dirige inexorablemente
todo lo que va a ocurrir, e incluso
la existencia de las personas
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Después de sesudas sesiones de pensamiento filosófico profundo (les digo que esto de venir al DF, afecta), he llegado a la conclusión de que no existe el destino. Me cae: No existe. Todo lo que hacemos, cuanto hacemos, decidimos y queremos, es un acto plenamente consciente y ejercido por nosotros mismos. Donde estamos, si escribo esto ahorita en el aeropuerto, si platico con mi ex por el messenger, si decido correr (no el caerme, que ahí más bien es un paso en falso, traición motora de mi obeso cuerpo) en la zona hotelera, dormirme temprano, estudiar una carrera, irme al cine, leer, ver una película, ir de visita a casa de mi madre ó hermana, ir a cenar algo con uno de mis mejores amigos, convocar a una reunión, hora y momento. En fin, todo es una serie interminable de decisiones que se toman momento a momento, algunas mejor pensadas que otras, algunas tomadas a la ligera, algunas acompañadas de sentimiento y emoción o carentes de ello; todo pues puede ser tan relativo e importante como uno lo considere ó le asigne prioridad.

Si acaso el destino existiese, éste estaría manipulado pero sobre todo determinado por otras personas. Si conduzco mi vehículo a determinada velocidad es una decisión tomada por mí, pero si alguien viene y choca conmigo, esa acción (consciente o no, que no destino) de la otra persona, afecta mi vida ó un momento de ella y probablemente esto es lo único que podría yo catalogar lejanamente como destino (pero ni así eh?).

Podría pensar que el destino determina el enamoramiento, pero ya ni ese sentimiento me suena susceptible de caer en ese término. Leyendo un ‘libro de recetas amorosas’ (saludos al sur del Sur), se me quedó muy grabado algo en lo que empiezo a coincidir: existe el verbo “amar” que en términos reales es una especie de esfuerzo continuo y consciente de dar lo mejor de nosotros a otra persona, de quererla y ver por su bienestar en todos los aspectos.

Ese libro decía: “Provoca el amar a la persona, aún cuando percibas que ya no sientes algo por ella, si trabajas con la idea fija de que sí lo es (la persona amada) y comienzas a modificar actitudes y tu forma de interactuar y tatuarlo en tu mente siempre de manera positiva y de buen ánimo, seguramente volverás a encontrarla atractiva y sin darte cuenta estarás ejerciendo el verbo AMAR” con lo que concluyo que como una acción plenamente consciente, se aleja irremediablemente de la palabra destino.

Aunque suene a fumada mental, rollo sin relevancia, en mi caso se convirtió en una especie de iluminación de proporciones monumentales (parecía yo Buda). Tal vez suene carente de romanticismo y algunos dirán: “pues sí, pero el hecho de haberte topado con ESA persona en esa esquina y en esa hora y con la que pasas ahora tu vida, es producto del destino” pero NO, porque al final pude no haber hecho nada por mucho que me gustase la persona, hacer caso omiso de la cosquilla y despedirme con un levantamiento de ceja y nada más. De hecho, siento que así me la he ido llevando estos últimos meses, haciendo NADA cada que detecto que alguien me mira de manera no usual (jiji).

Cosas como “el amor te llegará cuando menos lo esperes”, “tocará a tu puerta aun cuando no lo busques” me suenan totalmente ficticios. Ni madres, si uno no sostiene la mirada, o no cierras el ojo, ó no te levantas a saludar y decir buenas noches, olvídate de conseguir compañía sea de amistad, de una noche ó de pareja para toda la vida.

El caso es que somos entes individualistas (sic), que a veces caemos en lo que otros deciden por nosotros, por nuestras actividades, de hacerlas a un lado sólo por tratar de estar bien con algún ser querido, sacrificando muchas veces nuestros propios intereses (si es que hemos reparado en determinarlos, que esa es otra historia). El decidir (ejemplo) vivir en una ciudad determinada, el decir: aquí viviré y moriré es una decisión unilateral que uno toma y en el que el factor destino no se encuentra presente. Hay pues que decidir que hacer con nuestras vidas, hacia donde queremos ir, estar ó hacer; cosa nada sencilla porque para estas cuestiones estamos irremediablemente SOLOS y la idea es que ese conjunto de decisiones nos lleven en determinado momento a voltear atrás y decir: “creo que no lo hice nada mal” y no “el destino quiso que así fuera”, pues ahí corremos peligro latente de mediocridad.

Y bueno, hasta aquí DECIDO (como acto plenamente consciente carente de destinez –bonito palabro-) dejarle a mi bastante chafa, inconexa y poco coherente teoría de la relatividad.

05 agosto 2007

Una canción para que la espera no desespere...

Me voy de viaje al Distrito Federal, cuestiones del trabajo. Andaré de regreso alrededor del miércoles. Ayer, entre tanta actividad de fin de semana, recuperé un disco que compré hará un par de meses y que sólo había escuchado dos veces: El 'Hotel' de Moby. Como si de un nuevo descubrimiento se tratara, una pieza me hizo voltear a mi alrededor y empecé a flotar, se llama 'Forever'. Letra sencilla que pueden escuchar en el TuneFeed mientras el glorioso DF me obliga nuevamente a viajar a mi interior. Ya les contaré.

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Two simple places
We wanted to go
Two simple things
You wanted to know

Everything around
I could not see
I wish I'd known
How much you loved me

Oh,
we could feel this way forever
[2x]

I watched the sun,
cause it touches you while you sleep
You gave me something,
that I wanted to keep

I see you smile you smile like a little child
And hold you crying when it all goes wild

Oh
We could feel this way forever
[6x]


(No me olviden)