29 diciembre 2006

Es de sabios rectificar: Sarah Brightman


A José Caro, mi sincero agradecimiento.


Mi amigo José, mejor conocido en el bajo mundo virtual como “Boheme” (en franca alusión a una canción de Deep Forest) tuvo a bien obsequiarme el DVD “The Harem World Tour Live From Las Vegas” de la diva Sarah Brightman. Siguiendo su consejo y ya cómodamente instalado en la sala de mi casa, desconecté el teléfono, apagué las luces, subí el volumen a las bocinas y me dispuse –con toda incredulidad- a pasar un buen rato oyendo/conociendo uno de los gustos más especiales de mi estimado cuate.

Antes de empezar este sesudo (sic) análisis, tengo que reconocer que Sarah Brightman no me producía –hasta este concierto- la mayor emoción. Siempre pensé que era, porque de hecho así fue casi como surgió, una cantante de ópera que vió el éxito comercial que le produjo al grupo Enigma esa mezcla de cánticos y sonidos y cuya voz podía abarcar sin problema, pero era ese origen el que no me terminaba de cuajar en la cabeza provocando mi distanciamiento pues irremediablemente la conceptualizaba como PREFABRICADA.

Con estas ideas en mente y mucho escepticismo, me dispuse a ver el DVD y durante medio concierto permanecí sin mayor cambio. Seguía sin agradarme realmente aunque todo pareciera estar ahí: buena música, espléndida voz, bailarinas, a ratos la Brightman caminando como Miss Concurso de Belleza, vistiendo ropa espectacular y/o con diminutas prendas brillantes y llamativas, el público aplaudiendo a rabiar y yo sin tragarme completamente la píldora.


Pero hay detalles que contribuyen a realzar al artista y que en consecuencia se vaya instalando en tu subconsciente (una forma muy válida, creo yo) pues más allá de un vistoso decorado, exquisita voz ó vestuario sin igual, la cantante comenzó a mover mi mundillo cuando la escuché dirigirse al público: La Brightman le habla a la concurrencia con un respeto y calidez que provoca dulzura y aunque la publicidad la maneje como Diva (que induce a pensar en una mujer distante, fría, etérea) fue su sencillez la que empezó a envolverme. "Vamos bien" –pensé-. Acto seguido y como para afianzar este nuevo dejo de confianza que yo le estaba brindando empezó a entonar canciones que lograron desarmarme un poco más, como Nella Fantasía, que me parece ya todo un clásico ó el bello tema Free y que su voz (a ratos nasal) les imprime el ya característico sello Brightman.

Sarah Brightman (que estuvo casada con Andrew Lloyd Webber) es al menos coherente con lo que ya se prefabricó y eso es algo que merece aplaudirse. Después de haberla visto con este material ya no me importa tanto el origen de su estilo, sino la coherencia que le ha dado a su carrera. Es obvio, no puede negar sus raíces operísticas y en cuanto puede, mete sus “arias” que además interpreta de forma exquisita. De esta forma, la intérprete puede llegar a un espectro amplio de personas, las que gustan de esa corriente new-agera (a mi me encanta Deliver Me, por ejemplo) y los que gustan de algo un tanto más elevado como la ópera. Encima de todo, guapetona, madura…con una muy larga cabellera que contribuye a darle una presencia imponente y que obviamente hipnotiza a sus más fieles fanáticos.


No sé si me he convertido en un admirador más. Desconozco en este momento si quiero comprar sus discos (aunque los covers que se avienta, le quedan muy bien y para muestra What a wonderful world ò Time to say goodbye, etc), tengo uno (Edén) y al menos para mi era suficiente. Lo que si sé, es que si algún día tengo la oportunidad de verla o recomendarle a alguien asistir a un concierto de ella, lo haré sin pensármelo dos veces. La mujer se esfuerza, miren que subirse a esos columpios a gran altura para cantar ó de plano dejarse sujetar por cables y girar no es algo que cantantes de su estilo (y edad) usualmente hagan. Más allá de toda esta imaginería, lo que realmente cuenta es su voz, belleza y talento que en general hacen que bien valga la pena el boleto.

Sebastián a.k.a Chevy

Mi sobrino Sebastián está creciendo enormidades, la verdad siento que muy rápidamente. En mayo de 2007 cumplirá 3 añitos. Cuando estaba a punto de nacer, le dije a mi hermana que retrasara su parto hasta finales de mayo pues yo ansiaba que fuese geminiano, igual que un servidor, obviamente no se pudo. No puedo negar que es el sobrino en quién tengo cifradas grandes esperanzas, es el sobrino con el que quiero compartir, ayudarlo a crecer, llevarlo a pasear y divertirnos juntos. Marysol, mi otra hermana, tiene tres hijos: Paulina, Alberto y Eduardo. Casi no he convivido con ellos por vivir en otra ciudad. Sé que me aprecian por lo poco o mucho que mi hermana les haya hablado de mi, pero no dejo de ser el tío que vive lejos y al que prácticamente no ven.

Cuando nació Sebastián sentí una genuina alegría. Mi hermana Mónica, la menor, por fín y después de varios intentos, pudo quedar embarazada, así que el bebé era muy esperado por la familia. Después de una labor de parto un tanto complicada nació el baby. Tanto los familiares de mi cuñado como mi madre y yo, estuvimos observándolo largo tiempo a través del cristal del sitio donde lo pusieron. “¡Qué ojos tiene!” –murmurábamos sorprendidos-. Después pude ver a mi hermana, temblorosa y debilitada pero con una felicidad que la envolvía y no pude contener mis lágrimas por verla realizada en este nuevo aspecto para ella. La ternura que me inspiró fue superior a mis fuerzas y pensé que la vida y mi familia eran maravillosas.


A Chevy lo he bautizado yo así. Y digo que lo he bautizado así, porque aparte de ser su orgulloso padrino de bautizo (junto con mi madre) fui yo quién le asignó esas letras. Mónica asegura que es “Chebi” (sus papás son los que realmente lo llamaron así desde un principio) pero a mi me late más llamarlo en alusión al auto, no me pregunten por qué. Apenas le argumenté a unos amigos que es derivativo de Seba, ChevaChevy, y de aquí no hay quien me saque.


En un principio Chevy era de personalidad extremadamente seria. Yo podía literalmente desbaratarme frente a él y no movía una sola de sus comisuras o bosquejar la mínima sonrisa. Cuando veía yo a otros niños de su edad doblarse de la risa, me daba mucha envidia el que mi pequeño familiar nada más no y tampoco se esforzaba por ser un niño esplendorosamente alegre. Obviamente, a la mínima gracia, toda la familia nos desbaratábamos en carcajadas. Para aderezar, no era un niño que se dejara apapachar. La abuela lo cargaba ó se lo ponía al pecho y de plano a los pocos segundos ya se estaba bajando. Pero esto fue cambiando lentamente y entre otras cosas comenzó a tener actitudes un tanto extrañas que eran como el condimento de las visitas que le hacíamos; se fabricó una risita forzada un tanto siniestra pues cuando terminaba de efectuarla se ponía muy serio, tenía sus temporadas de querer caminar con las rodillas y cosa curiosa, ciertas canciones lo ponían en apariencia triste ó de plano comenzaba a saltar si el ritmo era pegajoso y esto ùltimo en serio que fue algo innato pues que yo sepa a los papás no se les da mucho el baile que digamos.


A sus casi dos años y medio ya empieza a hablar. Obviamente no articula muchas palabras pero cuando hablo con él al teléfono se suelta y bonito. Le encanta ver una y otra vez películas como Monsters Inc, Buscando a Nemo, La era del Hielo, Chiken Little y ahorita trae de batalla a Dora la Exploradora; cosa curiosa, ver a la diva Rocío Jurado en la tele lo deja anonadado. Me da gusto que le encanten las películas animadas (¿a que niño no?) y en la medida de lo posible ahí andaré haciendo presencia para hacer que le guste el cine desde pequeño. Con la convivencia que hemos tenido, ya me identifica como el tío Ivid y a la abuela como Tití. Antes, cuando me caían de visita, a la media hora quería regresarse a casa y hoy ya puedo postularme como niñero candidato si los papás tienen algún compromiso. Me agrada ver que se le puede controlar poniéndole una película en el televisor y realmente no sufro con llantos ni berrinches; como que se porta bien al lado del tío Ivid, lo cuál me llena de una inmensa alegría.



A ver que ocurre con el Chevy y aunque a ratos me gustaría que el tiempo se detuviera con él así de pequeño, lo cierto es que éste pasa muy rápido y casi puedo imaginar al joven en el que se convertirá. Yo sólo aspiro llegar a ser su tío favorito…el más querido.

28 diciembre 2006

¿Y por qué Monsieur?

¿Qué mejor que ahondar un poco sobre esta cinta en cuyo titulo me basé para crear este espacio?

Siempre he comentado que es muy difícil hablar objetivamente sobre los gustos personales y creo que esta no es la excepción. ¿Quién me iba a decir a mí que una película francesa sería mi favorita de todos los tiempos? Mi sorpresa se debe a que en México estamos inundados de cine hollywoodense y las películas mexicanas aunque en menor proporción, podrían ser también sujetas de esta predilección; pero no es así y hace tiempo -dicho sea de paso- le perdí la fé al cine mexicano. Apuesto más al cine que hacen los mexicanos en el extranjero que al que hacen los mexicanos en México… pero salgamos de este polémico asunto y entremos de lleno a esa pequeña joyita del cineasta francés Patrice Leconte: Monsieur Hire.



Hace tiempo escribí sobre ella, pero la he visto tantas veces que siempre le encuentro detalles nuevos que llaman mi atención. Recientemente y como anécdota me enteré que es la película favorita del cineasta Emir Kusturica, así que no soy el único que la conoce y admira. La historia está basada en la novela Les Fiançailles de Monsieur Hire de George Simenon y ya había sido llevada a la pantalla grande por Julien Duvivier bajo el título de Panique en 1947. Leconte, que venía de hacer comedias de mediana factura, dio un sorpresivo giro a su carrera cuando se decidió por la novela de Simenon en 1989. Reclutó a la ahora famosa actriz Sandrine Bonnaire y para el personaje principal se apoyó en su amigo y colaborar habitual Michel Blanc. Blanc, de preponderante carrera en el género de comedia, también da un giro a su registro encarnando perfectamente al solitario y voyeurista Monsieur Hire.



¿Qué fue lo que me atrapó de Monsieur Hire e hizo que la elevara de nivel por encima de mis demás películas preferidas? Sin lugar a dudas, fue ver a Hire desde su ventana observando a su vecina en penumbras mientras una melodía de J. Brahms se reproduce en el tocadiscos. Alice (Bonnaire) no sabe que es observada, tampoco sabe que Hire está enamorado secretamente de ella. Es más, cree que el apartamento de Hire está deshabitado pues siempre está con la luz apagada. Ver a Michel Blanc mirando obsesivamente a la Bonnaire, me desequilibró. En toda mi vida de cinéfilo jamás me había sentido un espía como en esta ocasión viendo a un hombre solitario espiar a su vez a una mujer. Leconte nos hace cómplices y la atmósfera que logra es inigualable; casi pude sentirme tan culpable como Hire disfrutando esa malsana rutina.


Mi fascinación pues por la película había empezado con esta secuencia, sin embargo una de las características principales del cine francés, es la sutileza en los diálogos, las miradas y gestos que en Monsieur Hire se convierten en palabras mayores. Me gusta ver como Alice al darse cuenta de que es observada, va y confronta a su espía de una forma sutil pero logrando inquietarlo y él no atina a decir una sola palabra. Hay algo en Alice que no encaja; comienza a sentirse atraída por Hire adentrándonos en una maraña de sensaciones y desconciertos. ¿Qué posibilidades podía tener este hombre ante ella? En el vecindario lo ven como un bicho raro, siempre impecable yendo a su sastrería, teniendo ratones por mascotas y en general llevando una vida rutinaria hasta que Alice aparece en su vida. Pero ella idolatra a su novio Emile, un galán bueno para nada metido todo el tiempo en negocios riesgosos, buscado por la policía por un delito que no nos es detallado sino hasta el final de la cinta; y Hire lo sabe.




El trabajo de los dos actores principales es excelso. Una muy joven Sandrine Bonnaire da la talla de Alice sin problema, pero quién se lleva las palmas es Michel Blanc al construir a este tortuoso y a la vez triste personaje. Hire inspira compasión y Leconte logra matizar muy bien este aspecto utilizando deliciosamente la maravillosa música compuesta por un minimalista Michael Nyman; en este sentido otra de mis secuencias preferidas ocurre cuando Hire logra atrapar el olor de la fémina y sale en busca del perfume que usa Alice; el momento es impagable y retrata de forma extraordinaria la soledad y sensibilidad del protagonista.


Les comentaba que las distintas lecturas-vistas de la cinta me han hecho cambiar la percepción que originalmente tenía del film. En las primeras visitas, la conceptualizaba como una historia de amor, fallido pero amor al fin con todos los sufrimientos inherentes a él, pero con el paso de los años me he dado cuenta que Monsieur Hire no es sobre el amor, sino sobre un falso rostro de éste. De lo que una soledad tan marcada de una persona puede hacerle creer con tal de sentirse amada. De las locuras que podemos llegar a cometer cuando creemos estar enamorados. Todo el oscuro y triste mundo de Hire se transforma. Le propone a Alice irse de la ciudad, cierra su sastrería, se deshace de mascotas, arma maletas y espera pacientemente en la estación del tren a que llegue su objeto de deseo para irse a una tierra lejana y vivir felices para siempre. Es ese vistazo a las profundidades del corazón humano lo que no me deja tranquilo y cómo en el nombre del amor se puede incluso perdonar la traición más abominable y baja.


Bravo Leconte…supiste transmitirme tanto con este film que no puedo más que rendirte homenaje haciéndolo mi favorito de todos los tiempos. Finalmente reconozco que tengo algo de Hire, algo de su soledad, algo de su inocencia...si lo sabré yo.

23 diciembre 2006

Bienvenidos Todos

Ayer por la noche, pensé que todo estaría perfecto en mi vida y no fue así. Los abrazos y buenos deseos de los compañeros de oficina fueron lo suficientemente emotivos como para desequilibrarme un poco y comenzar a tener lo que yo llamo mis "momentos de lucidez"

Mi roommate y amigo Daniel me invitó a tomar el café y descubrí que él estaba más afectado que yo. Así, en compañía de desconocidos en ese lugar, nos dimos cuenta que estábamos solos en estas fechas tan especiales. Él con su familia lejos de aquí y yo, sin la persona amada que siempre me acompañó. Traté de minimizarle la nostalgia diciéndole que mi soledad era peor pues era irreparable y que él podía contar con su familia al menos sino en este, el próximo fin de año ó fecha especial. Con realmente pocas palabras, terminamos el café y decidimos irnos a descansar a casa.

Ya en el auto y para alegrar un poco el momento, puse a la insufrible Paris Hilton con su Stars are blind y aunque la tipa no canta nada, el ritmo de la canción nos levantó un poco el ánimo. Curioso ¿no?, a veces hasta una canción puede motivar un poco y sacarte del hoyo.

Pero más curioso es que usualmente en esta temporada me suele dar sueño temprano y ayer no fue la excepción. Llegamos a casa y a dormir. Y como siempre, al despertar (muy temprano), me di cuenta que no era día hábil, que no había que ir al trabajo y yo ya levantado. Me dirijo a la computadora y comienzo a navegar en la red. Y he aquí que sin saberlo, mi amigo Miguel Cane y su blog Alias Cane me hicieron dar el paso para aventarme a estos menesteres, que de momento y siendo honestos no le encuentro ni pies ni cabeza. Miguelón, no te enfades si ves una estructura similar a tu espacio, la verdad considéralo un homenaje a tu creatividad en lugar de un copia mal hecha.

Pensé en un nombre rápidamente para bautizar este sitio, pero no se me venía nada especial u original a la mente. La verdad es que, como buen cinéfilo sólo pude atinar en pensar en el título de mi película favorita: Monsieur Hire, de Patrice Leconte. Concluí que podía dejar mi nombre real en lugar del Hire y como finalmente estoy entrando a la mitad de la “década prodigiosa” (saludos Paco Peña) creo que el monsieur ya no me viene mal, aunque la palabra implique muchas otras cosas más importantes que la edad.

Este blog supone un compromiso de mi parte, en cuanto a honestidad, a sinceridad, a esfuerzo. No sé de qué manera enriquecerlo, ni sé si al final vaya a ser atractivo para ustedes, amigos lectores, pues pretendo publicar tanto cosas personales ó de poco interés general, el nuevo CD que estoy escuchando ó lo último en estrenos de cine. Desconozco también en que manos (u ojos) vayan a parar estos comentarios y sólo espero no me resulte contraproducente y que al final comprendan que soy solo eso, "un ser humano con defectos y virtudes igual que todos" (¿así o más paranoico yo?).

Sean pues Bienvenidos y ojalá vengan seguido a visitarme. Estoy seguro que encontrarán algo de su interés, de lo contrario al menos pueden hacerme compañía dejándome algún comentario...será un verdadero placer contestarles.