28 febrero 2007

El difícil arte de ser el mayor


Tengo dos hermanas (ahora comprenden y no me refiero al titulo del post) y soy el mayor de los tres. Desde chicos y por ser el único varón (ajá), digamos que me fue encomendada sutilmente la tarea de cuidarlas (¡Dios mío!, escribo esto y se me vienen tantos recuerdos a la memoria), estar al tanto de ellas. Nunca fui un hermano sobreprotector y admito que en ciertas ocasiones (peleas, a decir verdad) me impuse por edad e inteligencia (sic) para no quedar yo como el causante de los problemas.

Esa misma inteligencia (no son flores, es lo que decía la gente que me quería) provocó que se me empezara a exigir un poco mas allá de lo que se le exige a un niño de mi edad. Así, comenzaron las boletas llenas de dieces; mis traumas y lloriqueos si sacaba nueves u ochos y una poco común obsesión por ser siempre el primero de mi clase (en ese entonces desconocía el termino 'inteligencia emocional') fueron provocando de alguna forma mi segregación del mundo pre-adolescente

Este pequeño prestigio (sí, sí…llegué a concursar a nivel estatal en exámenes de conocimientos) provocaba una dinámica en mi familia que se repite hasta hoy día. Comencé a ser una especie de apoyo emocional para mi madre y en menor grado para mis hermanas. Situación acentuada a partir del divorcio de mis padres a los 15 años en el que prácticamente asumí el rol de guardián de la casa.

¿Pero a que viene todo este merequetengue? A que en días recientes, comienzo a sentir la necesidad de no ser yo el que tenga que estar al tanto de…alguien más, y me explico:

Tengo muchas ganas de que se me sorprenda con actos que impliquen una especie de apapacho hacia mi persona y no necesariamente el día de mi cumpleaños je!; que pasaran por mi a la oficina, en lugar de ser yo quien siempre sea el que conduzca el vehículo; que si hay que ir a comer a algún lugar deba ser yo quien coordine todo el movimiento; que si se daña algo en casa, deba ser yo quien busque al plomero y negocie con él; que se olviden que por tener facilidades en la empresa, puedo salir a cualquier hora y en cualquier momento a recoger a un familiar o conocido al aeropuerto ó hacer el super por un supuesto tiempo disponible. Y estos ejemplos son los menos…

No es reclamo a mi seres queridos…es una especie de espinita clavada con fruncimiento desesperanzador de boca y vista al cielo jeje, que denota ligera insatisfacción, temporal, pero insatisfacción al fin. Es una especie de cansancio de estar siempre al tiro y no ver un verdadero 'apapacho' de allá para acá con la frecuencia que a mi me gustaría.

Creo que gran parte de la culpa la tengo yo por no saber decir NO a la gente que quiero. A veces me dan ganas de quitarles la idea del 'que buen hijo tengo' (o hermano, o amigo) y aunque a ratos ya lo empiezo a hacer (decir NO) veo que, al menos mi madre, se me saca muchísimo de onda cuando empiezo a negarme a llevarla a ver a mi hermana ó a pasar por ella al trabajo pues pareciera que sólo estoy esperando su llamada para salir corriendo a ver de que forma apoyarla y siento que tengo que empezar a quitarle esta idea (obviamente cosas importantes sabe -por supuesto- que ahí estaré) y liberarme un tanto de esta 'rutina'.

Les cuento que hace unos segundos vino Daniel a leer esto que escribo y me dice: 'vaya que exageras, si tu mamá bien que te apapacha, ha venido a hacerte tus sopesitos ó te ha dado algún regalito', le respondo que sí, pero los sopesitos son ya cuando yo salí antes a buscar los ingredientes ó el regalito cuando cumplí años…

Total y a riesgo de quedar como mamón, lo cierto es que a veces siento que se espera mucho de mí, en varios aspectos y a veces sólo quiero decir NO sin que haya repercusión, a la vez que me pondría muy contento si de cuando en cuando, algunas de las atenciones que he tenido, vinieran de regreso…


Sé que es malo esperar y sé que uno debe dar sin pensar en nada, pero en mi caso y con el paso de los años tiendo a desear ese tipo de atenciones para conmigo…

¿Es eso malo?
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(Sé que este rol lo tengo asignado de por vida y a él debo entre otras cosas, el puesto que tengo en la empresa para la que trabajo, pero...¡se vale soñar!)

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Casi...casi me pasa lo mismo David. Digamos que aveces hasta yo propicio muchas situaciones en las que termino poniendo siempre yo mi 'obra' en cosas que mis hermanas deberian de arreglarselas como puedan. Creo que el ser el hijo mayor -mas cuando eres varon- pesa y pesa mucho. Yo llevo esa carga y aveces me pesa al grado que deseo que mi hermano fallecido existiera para que me aminorara la carga. Mama me ve como el hijo modelo, como el ejemplo a seguir...mis hermanas como el apoyo al que siempre tendran. Y pesa. Pesa. Aveces quiero escapar de todo esto....y siento y creo que por el echo de estar tan acostumbrado a ciertas cosas, no podria vivir tranquilo sin saber como marcha la vida de ellas sin mi. Creo que por ello incluso ni me he cambiado de casa ni me atrevo a vivir solo. Si por el hecho de que se que estare con el pendiente de 'como estaran?'. No se si me explico. Creo que tiene mucho que ver los valores que adquieres en tu misma familia. Si embargo como dices...aveces esperas al menos lo minimo de la otra parte o del otro lado y aunque aveces si, aveces creemos que no es suficiente o como quisieramos. Y no es reproche. Pero bueno...quizas aqui entra lo de 'has el bien sin mirar a quien' y quizas asta sea asi...en lo personal y lo sabes...mi vida fue dura y me costo uno de 'esos' estar donde estoy...ahora estoy mejor, laboralmente y emocionalmente. Creo que aveces las recompenzas no tienen que venir directamente de quienes tu ayudas, o quieres.
O no se.

Pero si me siento igual que tu.

Saludos!.

Jose

Anónimo dijo...

"...Para mí, toda la película gira alrededor de la escena en que voy a ver a Tom (Hugh Jackman) y le digo: "¿Vendrás conmigo a caminar y ver la primera nevada?" y él responde, "No, estoy muy ocupado. Déjame solo". Creo que todas las parejas en la tierra han tenido un roce por algo como eso. Creo que la idea es que, cuando estamos en el lecho de la muerte, es el momento del que nos vamos a arrepentir, de que no pasamos el tiempo suficiente con nuestros seres queridos, que no aprovechamos el momento y olimos las rosas, todas esas expresiones. Que no vivimos tan plena, abierta y amorosamente con los que nos rodean y pudimos hacerlo. Para mí, la película también trata de eso. No sé qué pensar sobre la muerte o la vida después de la muerte, pero sé que la vida es corta y finita, así que tenemos que celebrar que estamos vivos.
El hecho de que morimos significa que tenemos que vivir plenamente. La vida no sigue para siempre, así que debemos tratar de vivirla plenamente. Este poeta inglés, John Betjeman -que ya murió-, dijo que en el lecho de la muerte no nos vamos a arrepentir de todo el trabajo que no hicimos sino de todo el sexo que no tuvimos. Parece algo estúpido pero no lo es. Se trata de vivir."
- Rachel Weisz en entrevista con Miguel Cane, publicado en Cinevisiones-

Anónimo dijo...

Sabes también que pienso José? Que estamos tan acostumbrados a hacer las cosas a nuestra manera (esa independencia a la que nos orillaron y que nos hizo madurar) que preferimos hacer nosotros todo, en nuestros tiempos y formas que ponernos en manos de los demás y molestarnos si algo que hagan no es como lo deseamos...

Me latió mucho eso de que puede ser que nos veamos recompensados por otra via y no necesariamente por nuestra propia gente...lo asimilaré así para no amargarme jeje...

Abrazos.

Anónimo dijo...

Hola Anónimo Cancunense (si no supiese que te gusta Rachel, no habría dado contigo jaja)...

Pues sí, la Weisz tiene toda la razón.

¿Pero sabes algo? Esa enseñanza que ya transmite su pensar seguramente proviene de una experiencia que le dejó esa lección.

También tú seguramente has aprendido mucho de muchas cosas que te hayan ocurrido...

Y yo, ni se diga. Ahora pienso igual que ella...pero vaya que me costó aprender la lección.

Saludos Anónimo

........

Anónimo dijo...

Chin, otro tema en el que no puedo participar...

¡Soy hijo único!

Faramir (or what's left of...)

Anónimo dijo...

A veces uno termina con un rol parecido aunque no sea entre sus hermanos. Yo soy la mayor, pero mi hermano no se apoya en mí en esa forma, más bien cuando hay algún problema (ejemplo, como ahora que nuestro padre fue intervenido quirúrgicamente) nos apoyamos mutuamente.

Sin embargo y por otras razones familiares, he sido siempre muy independiente, al punto de dar la sensación de que no necesito nada nunca. Y como me he hecho así, termino siendo como un motorcito, que ahí va, siempre en marcha... y a veces me canso.

En casa muchas veces he dicho: no puedo ser yo el motor de todo siempre, que él se ocupe. Y en algunos casos, las cosas terminan haciéndose pero allá a las cansadas; en otros casos me quedé sin lo que quería tener; y en otros menos graves, me trepo por las paredes por ver que este verano tampoco pintamos la casa!

David... me parece que la cosa no tiene arreglo, y este rol de motor no se nos quita, ni la sensación de "peso". Pero estoy de acuerdo con José: las recompensas vienen por otro lado, a veces.

Un abrazo
P.

Miguel Cane dijo...

Hay cosas que me molestan en la vida y una de ellas es tratar de echarle la culpa al otro de lo que hicimos (o dejamos de hacer).

Me puede sublevar la idea de que es poque "no nos cogen lo suficiente y como queremos" que buscamos herir y exponer al peligro a quien nos dio amor, apoyo y hasta soporte.

No se me hace justo, y mucho menos, sacar de contexto las palabras de alguien más (Ms. Weisz) para tratar de justificar/hacer sentir culpable a los demás.

No, señor. No.
Hay que tener pantaloncitos para decir: "hice lo que quise y nadie me obligó ni me cuchileó (sic) para hacerlo. Yo soy responsable de mis decisiones. Yo soy un adulto y si hice lo que hice, lo hice por mis razones personales."

Es decepcionante ver que seguimos con esa horrible costumbre tan común, tan ordinaria, de decir "si hice esto, es por tu culpa."

Nadie tiene la culpa de lo malo que hacemos mas que nosotros mismos. Del mismo modo, tenemos que afrontar las consecuencias de nuestros actos -- sobre todo, cuando no hay vuelta atrás, cuando ya nos salimos del juego, cuando ya nos echamos el volado, cuando ya hicimos lo que quisimos.

Y como autor de la entrevista, puedo decir que ese no es el contexto de las palabras dichas.

Nomás p'a que conste en las actas.

Anónimo dijo...

Hola Ben,

Muy agradecido de contar con tus visitas, y súper complacido que encuentres de tu agrado lo que lees en este espacio.

Pero más agradecido de encontrarme con la sorpresa de ser mencionado en un texto que posteaste recientemente en tu espacio persona; en serio: gracias!

De lo que nos ocupa, pues si...de vez en cuando no viene mal un poco de egoísmo jaja por eso decía yo (gráficamente) que dan ganas de colgar las alitas que trae uno en la espalda...

Un saludo y gracias por visitarme. Te agrego en un rato más a mis vínculos pues tienes un espacio por demás agradable.

Anónimo dijo...

Paty,

pues si...no tiene arreglo. Ya estamos hechos así. Al menos me da gusto ver que, aunque no eres la mayor, agarras el toro por los cuernos de cuando en cuando apoyando a tu hermano...eso es bonito!.

Te mando un abrazo.

Anónimo dijo...

Canito,

A estas alturas del partido, créeme que ya hay poco que se pueda decir en ambas partes. Lo hecho, hecho está y no tiene remedio. Y mira, la vida da muchas vueltas. Ayer por ejemplo, tuve visita de una amistad a la que dejé de ver a raíz de esta situación pues también fue abandonada. La vida de alguna forma le ha recompensado...su actual acompañante es otro boleto.

Gente madura, sincera, honesta y con un cariño que le profesa como pocas veces he podido ver. Me dió envidia pero gusto a la vez y pensé que las cosas toman su curso poquito a poco.

A mi sólo me resta esperar que aparezca la persona idónea.

Tiene que...

Abrazos.

Anónimo dijo...

David: acá "reintegrándome" a la red, un día te contaré qué pasó, que (por si uds, ingratos, no se dieron cuenta, hace una semana casi que no digo ni pío) ahora mejor no.

Hubo interferencia en la lectura... sí soy la mayor, le llevo 5 años y medio al "peque" de mi hermano. Sólo que (ahí puede estar la confusión) él cuando se hizo grande se puso como protector con su hermana. Y a veces se invertían los papeles...

Igual, la llevó en coche, porque muchas cosas que él hizo, primero las luché yo.

Besos
P.