08 mayo 2007

Polvos de otros blogs: "Crónica de un encueramiento"

Desde que supe lo de la foto de Spencer Tunick en el centro histórico, me quedé pensando en el relajito que se iba a aventar conociendo de antemano la filosofía del mexicano. Vi en las noticias como se desarrolló el evento y prácticamente lo eché al arcón del olvido, hasta hoy que sin querer y googleando en las noticias del sitio pude ‘echarme un clavado’ a las profundidades de todo el acontecimiento, amén de que yo no conocía el trabajo de Tunick. No he parado de reír (aclaro, más por las anécdotas, que por el acto en sí, que merece todo mi respeto). Leer esas instrucciones que les dieron a los valientes compatriotas es de Ripley: “conozcan al vecino”, “agáchense” y el gritillo de “Norberto Rivera, el pueblo se te encuera” es de carcajada plena. Aún con todo, sigo pensando en si yo le hubiese entrado a tan singular aventura. Por lo que leo a continuación, concluyo que no.

Esta narración es de un bloguero que se desnudó en el evento de nombre Héctor Julián Coronado. Su blog se llama
“Libre Pensar” y pues, esperando no se moleste por tomar prestada su anécdota (que además narra de manera interesante y graciosa), aquí se las comparto:
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A las 3:00 sonó la alarma.

- Apúrate que te quedas - me anunció la lupe.

- Vé y me cuentas ¿no? - dije. No por pudor (que no tengo) sino por que nomás había yo dormido 3 horas.

Prevalecieron más mis ganas de encuerarme frente a la catedral que las de seguir jetón y me puse pants y tenis y abordé el coche de la lupe. Después de circular por Tlalpán e Izazaga contemplábamos con desánimo y ojos hinchados de sueño las aceras de Isabel la Católica en las inmediaciones del centro que estaban atascadas de coches estacionados.

- Nos hubiéramos quedado en un hotel en el centro - dijo la lupe.

Pocos metros más adelante hallamos un lugar y dejamos de sentirnos imbéciles.

- Coopere para la vigilancia - nos pidió un vieneviene que se materalizó a nuestro lado al momento de estacionarnos.

Aligerados de 30 pesos caminamos rumbo a 16 de Septiembre y hallamos una fila que terminaba hasta 5 de Febrero y Venustiano Carranza, es decir una fila que le daba media vuelta a la cuadra.

Detrás nuestro se formó una chava junto con varios.

- Nomás nos dejan entrar y nos separamos - anunció pudorosa a sus acompañantes.

Afortunadamente no hubo necesidad de escucharle más perlitas de esas pues la fila comenzó a avanzar y la perdimos. Lo malo es que el avance no era porque los organizadores ya estuvieran dando acceso al zócalo sino porque no sabían qué hacer con tanta gente y decidieron intentar formarnos a todos en 16 de septiembre con resultados caóticos.

Estábamos siendo arreados como borregos cuando de puro churro nos encontramos a Caro y a Guillermo y abandonamos nuestra fila para quedarnos con ellos que estaban más cerca del acceso de 16 septiembre.

Después de varias arreadas confusas más entramos con el formato firmado en alto al zócalo. Frente al hotel de la Ciudad de México había muchos que ya estaban sentados en la calle y nos unimos a ellos. Eran apenas las 5 de la mañana.

Transcurrieron los minutos. A veces pasaban unos policías imperturbables a los gritos: ¡que esos también se encueren! A ratos varios coreaban o México o goyas a la Universidad. Vimos pasar a otros policías e internarse entre la aglomeración para sacar a uno que después supimos que estaba borracho. En el cielo pasó dos veces el mismo helicóptero.

Los altavoces tronaban a veces con indicaciones de Spencer Tunick traducidas por sus achichintles. Decían lo mismo que ya habíamos recibido por mail. Hasta que empezó a clarear pasadas las 6:00 nos avisaron que nos íbamos a encuerar, "pero que todavía no, pero que ya mero, pero que todavía no". Con esa promesa ambigua nos pusimos de pie. Al cabo, nos informaron que íbamos a dejar nuestra ropa justo donde estábamos parados y que íbamos a posar en la plancha del zócalo, cada uno acomodado en un área delimitada por los cuadros de la plancha. Después de las tres tomas (la de pie, acostados y hechos bolita en posición fetal), íbamos a caminar por la avenida 20 de noviembre donde nos harían otra toma. La última toma iba a ser una sorpresa. Amanecía.

- Vayan conociendo a su vecino - recomendaron.

Poco después de esas indicaciones Tunick contó hasta 3 para que nos encuéraramos. Nos empelotamos con entusiasmo y pusimos nuestras prendas en las bolsas que llevábamos para el efecto. Todo en camaradería, relajo y una súbita conciencia de que el suelo estaba bien pinche frío. En el hotel frente a nosotros había inquilinos que nos estaban contemplando. Comenzamos a gritar que se encueraran y dos de ellos se solidarizaron con nosotros. Aplaudimos. Gritamos que se aventaran de cabeza por su ventana pero eso ya no lo hicieron.

Las advertencias previas de gente mocha y pendeja que circulaban por internet de que ello se convertiría en una bacanal eran infundadas. A todos les importaba un balde de pura reata si el de al lado era un tripíe humano o si la de enfrente tenía trasero de aspirina. Todos estábamos cómodos y dispuestísimos a posar en pelotas.

Caminamos hacia el zócalo. A la altura de 20 de noviembre cerca del arroyo vehicular encontramos dónde acomodarnos. La primera toma la hicimos de pie mirando hacia el lado opuesto al Palacio Nacional después de que batallaron un rato en acomodarnos para que el zócalo se viera uniformemente ocupado de empelotados de todas las complexiones.

Ese rato lo ocupamos varios para temblar de frío. A mí casi se me caen no las pelotas pero si las orejas. Cuando cambiaron la lona que decía A por una que decía B nos sentamos en el suelo. Agradecí mi trasero peludo. El audio estaba del nabo. No entendíamos lo que nos decía Tunick pero después de un rato sus achichintles nos explicaron que había que acostarse con la cabeza (la de los sesos) apuntando hacia el asta. Permanecimos así un rato titiritando de frío viendo un cielo límpido mientras nuestras espaldas y culos calentaban el suelo hasta que escuchamos que la toma ya se había efectuado. Me levanté y alcancé a ver el zócalo alfombrado de carne.

Los que íbamos en pareja nos sacudimos mutuamente la mugre del centro histórico pegada a nuestras nalgas y espaldas. Estando en eso cambiaron la lona que decía B por una con una C. Hubo confusión sobre hacia donde había que apuntar el trasero. Nos dijeron que había que apuntarlo hacia el lado opuesto a la catedral. Mientras esperábamos en posición fetal a que terminara esta toma alguien hacía observaciones profundas:

- Nunca había visto tan de cerca las piedras del zócalo.

Los aplausos que daban los que estaban más cerca de Tunick al terminar cada toma nos indicaron que ya habíamos terminado ahí. Me levante adolorido de rodillas y pies. Tomé de la mano a la lupe y comenzamos a avanzar por 20 de noviembre. La ventaja de haber quedado a la altura de 20 de noviembre es que fuimos de los primeros en avanzar por esa calle y a la altura de las oficinas del GDF nos dimos vuelta y pudimos ver el zócalo lleno de empelotados caminando. Impresionante.

Por 20 de noviembre avanzamos y en el trayecto saludábamos a los de las calles transversales que se asomaban para ver el paso de varios miles de encuerados. A los policías y a los del staff de Tunick les gritábamos que también se encueraran pero nomás se reían y se mordían la trenza. Uno que nos veía desde el techo de un puesto de períodicos se bajó, se encueró y se unió al contingente entre aplausos.

- ¡Voto x voto! ¡Casilla x casilla! - gritamos en franco chacoteo (para el fruncimiento de más de algún despistado que crea que el IFE hace un buen trabajo).

Llegamos casi hasta la altura de Mesones, frente al Hospital de Jesús desde cuyas puertas nos miraban varias enfermeras, médicos e intendentes.

- Se les van a morir los pacientes - les advertimos.

Después de unos minutos llegó un barbón del staff de Tunick a informarnos que la pose consistía en mirar de pie hacía el sur. En su entusiasmo por ir a avisar lo mismo a otros casi se mata subiéndose a la banqueta.

Al terminar esa toma regresamos al zócalo. Nos anunciaron que la última toma de Tunick consistiría en una con puras mujeres mientras los hombres nos íbamos a vestir. Caro y la lupe se fueron a seguir posando mientras Guillermo y yo nos abrimos paso para llegar al sitio donde dejamos nuestras bolsas de ropa esperando que siguieran donde las dejamos.Ya vestidos esperamos a Caro y a la lupe. Mientras, los que estaban aplastados en el mirador del hotel de Mexico, mirando en lontananza a las chavas, recibieron senda carrilla de unos que estaban cerca de nosotros.

- Pinches mirones. De perdida encuérense. Putos.

- Si les faltan huevos bajen y aquí les damos.

Después de un rato comenzaron a llegar las chavas a vestirse. Caro y la lupe arribaron y se vistieron mientras comentaban la malviajada que se habían puesto unas viejas cuando estaban posando por que algunos hombres ya vestidos se acercaron a ver qué hacían. Dice la lupe que Tunick batalló para hacer esa foto por el arguende de varias chavas "que se sentían ultrajadas en su intimidad". No fue el caso ni de Caro ni de la lupe que terminaron contentas de haber participado.Y ya. Nos fuímos a mear y a desayunar al Coyote Hambriento (abundante y barato a esa hora). Lejos de la multitud del centro.

Pd1. Un guey con cámara que estaba entre los que esperábamos a las chavas se puso a fotografiar a las primeras que llegaron a vestirse. Las reacciones que provocó consistieron en un empujón, 700 mentadas de madre y quizá se tenga que conseguir una cámara nueva.

pd2. Ya me latió esto de encuerarme en el centro histórico. Me dan ganas de hacer lo mismo en el mirador del Monumento a la Revolución.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

jejeje...esta bueno esto... ¿Cómo ha cambiado la sociedad mexicana no es así?

Ví las fotos salieron bien los paisanos... encueridatitos encueraditos... jeje

saludos

Anónimo dijo...

Pues creanme y les soy bien honesto!.

Si yo abria estado en el DF, SI QUE ABRIA POSADO para la foto.

No entiendo el por que algunos se mofan de tal accion. Es arte.

Lo griegos y otras culturas hicieron esculturas del cuerpo humano y hasta miembros falicos de piedra hicieron. Que no lo hagamos nosotros en pleno siglo XXI es un error y es pecar de puritanos cuando en realidad muchas veces tenemos la mente llena de cosas impublicables.

Bien por los que posaron.

El estar desnudo algunas veces en la intimidad de mi casa es 'sin palabras un gran sentido de libertad'.

Saludos.

Espero algun dia se repita la foto y ahora si posar yo.

Jose

Anónimo dijo...

José:

¿Porqué no me extraña que sí le habrías entrado? jeje.

Mmmmmm.

Estuve viendo algunas muestras fotográficas del tal Tunick y hay fotos muy bellas...o por lo menos sorprendentes.

Ya entrar a si es o no ARTE, es otro boleto. Estamos de acuerdo en que (y sin hablar propiamente de Tunick) no nomás por fotografiar desnudos en automático se defina como ARTE...

Yo por eso mejor me voy a las playas...jajaja

Saludos.

Anónimo dijo...

Uy,

de tu arte a mi arte, prefiero...

Anónimo dijo...

Yo sé de un defeño que viaja mucho y le gusta el superagente 86, que seguro le hubiese entrado (de no ser porque le pega su domadora).

Yo claro que también le hubiese entrado, aunque me lo hubiese pensado por aquello del frío, uno que es costeño...

Los defeños suelen tener un humor muy ocurrente, y ese relato es muestra de ello.

Saludos

Anónimo dijo...

Jajajaja. No pos Sharleen Eco....totalmente extaciada de estar en medio de tanto desnudo.

Bien diva posando para la foto.

Jajajajajajja.

Y bueno...cosas o menesteres de la vida.

Saludos.

Anónimo dijo...

También hay anécdotas iluminadoras...

Chequen esta:

http://lulifera.fufuz.net/?p=131

Saludos Sharleen hasta Reynosa.

Nyman

Anónimo dijo...

Ayer platiqué con ese dfeño, Wii...pero olvidé preguntarle sobre este asunto. Chintroles!

=o)

Anónimo dijo...

Qué onda José,

Take it easy... habría que ir un poco más allá de pensar realmente con qué propósito sé hizo este evento fotográfico... estoy de acuerdo contigo enel hecho de entrarle por aquello en no quedarnos a trás en cuanto a otros países y a civilaziones que sin duda alguna son parte de nuestras raíces como lo es la cultura maya... pero simplemente habría que cuestionarse uno mismo por qué, para qué y para quienes...Igual y no me cabe ninguna duda que también sería interesante saber los motivos que tuvieron nuestros paisanos para entrarle al asunto... porque de entrada algún motivo tuvieron para hacerlo. Seguramente esos motivos serían muy diversos pero no estaría de más entrarle al ánálisis.

Por otra parte, estoy de acuerdo contigo en que estar al desnudo es sinónimo de sentirse en plena
libertad.

Así que relax... Considero que estamos ya un poco lejos de ser una sociedad "puritana".

Saludos
CP

Arkturo dijo...

Nyman

muchas gracias, creo que la magia de toda esta blogosfera es precisamente la de unir a gente tan inteligente y que se atreve a hablar desde puntos tan diversos de nuestro planeta, me agrada el ser tan sincero que eres, y vamos hombre, que no eh puesto tu nombre por que aún no lío nuestra amistad ya que no hemos charlado bastante, muchísimas gracias, y yo desde siempre te tendré como mis blogs a leer y a distinguir, gracias y espero... cuando valla a Cancún el poder dar un paseo por la playa, comentando acerca de Monsieur Hire, gracias y gracias ;)

Anónimo dijo...

Coincido CP, desnudarse es sinónimo de libertad plena... Yo diario lo hago (cuando me baños jeje)...No ya en serio, creo que ese acto en el centro histórico habla mucho (y bien, creo yo) de la mentalidad de los mexicanos...

Debió ser padre, después de todo.

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ARKTURO

Cuando quieras eres bienvenido a Cancún, puedo ser tu guía o anfitrión, me daría mucho gusto conocer ese espíritu rebelde que tienes (rebelde en el mejor sentido de la palabra) que quiere ir más allá de lo que Misantla te puede dar...

Siento (como me dijo alguna vez una amiga) que tienes una estrellota en la frente y saldrás adelante.

Y es cierto, es gratificante conocer personas tan inteligentes como tú en la blogósfera.

Te mando un abrazo.

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