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Chevy in Blue
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Mi amiga en Carrington
05 agosto 2011
El cursor que parpadea vs Mí
Tratar de vencer el cursor que parpadea, después de muchos, muchos meses, es complicado.
Pero debo hacerlo, porque siento que me apago si no lo hago, o al menos eso me dijeron.
Y es que, a veces los incidentes más extraños o inverosímiles son los que nos dejan una lección y nos ubican; aquellos que se salen de lo cotidiano, aquellos que ponen a prueba tu escepticismo.
Recientemente una amiga -a quién quiero mucho- me leyó las cartas y logró mover cosas en mi interior que difícilmente hubiese podido lograr una psicóloga.
Me había propuesto leer mi destino desde hace tiempo pero, aunque me atraía la idea (más por saber qué iba a decirme que por convicción en el asunto) siempre lo dejaba de lado.
Pero el día llegó: entré a su apartamento y respiré un ambiente de aromática tranquilidad. Me senté, platicamos de cualquier cosa y de repente, en su comedor, estábamos frente a frente como quién fuese a revelar el elíxir de la vida o algún misterio similar en cuestión de segundos.
Me puse nervioso, sabía que algo saldría de esa reunión y aunque me temblaban las manos, me sentí como niño con juguete nuevo: iba a preguntar todo lo que se me ocurriera con respecto a mí, el futuro o terceras personas.
Así que, mientras barajaba las cartas, empecé a pensar en todo lo que me ha estado inquietando últimamente.
Mi trabajo…
Mis –nulas- relaciones sentimentales…
Mi salud…
El dinero…
Sobre aquella persona que no sé si vale la pena buscar o dejar ir de una vez por todas…
Mi madre…mi familia…
Mis intereses…
Sí, mis intereses: escribir, tomar fotografías, el cine, la música…
Y sin querer tocó la fibra cuando empecé a colocar las cartas que responderían “la pregunta” y que daban cuenta de un inusual mosaico de imágenes muy coloridas y hermosas.
“Debes buscar un empleo donde desarrolles tu creatividad” – me dijo.
“Naciste con un don, tienes una sensibilidad especial para lo creativo y debes desarrollarlo porque de lo contrario estás matando eso que te distingue, suprimiendo esa esencia y te vas a apagar poco a poco, si es que no te estás apagando ya”
Mágicas palabras.
Si viviese en un cómic, en ese momento se habría abierto un hoyo bajo la silla en donde estaba y me hubiese ido directito a las profundidades de la tierra o al infierno, ya no sé. Lejos pues…muy lejos.
Y sí, mágicas palabras que sólo me hacían mover la cabeza positivamente, buscando en el ambiente que alguien me las tatuara en la mente y de esa forma no olvidarlas nunca.
“Hacer lo que me gusta”, qué atractivo y qué difícil se escucha a la vez, cuando has contraído compromisos y un estilo de vida que sabes no obtendrías de haber seguido ese camino, o tal vez sí.
Tal vez no pueda cambiar eso a la brevedad, tal vez lograré hacerlo en algunos años, cuando la vejez se haya apoderado de mí; pero hoy, me prometí que al menos hoy, iba a tratar de vencer este cursor, procurar escribir -uno de mis pequeños grandes placeres- y permitirme explorar un poco más lo que guardo en mi interior y plasmarlo, aunque nadie me lea, o tal vez sí.
Felizmente creo que al menos hoy, he vencido.